En FabBox URJC creemos que la educación tecnológica no debe comenzar con un manual, sino con una pregunta. Por eso diseñamos talleres donde estudiantes de secundaria exploran la biomímesis como puerta de entrada al diseño: no para copiar la naturaleza, sino para entender cómo piensa.
A través de materiales simples —palillos, papel, gomas, cartón— construyen artefactos que no pretenden volar, pero obligan a preguntarse por qué algunas cosas vuelan. No importa el resultado, importa el proceso: pensar con las manos, fallar rápido, descubrir haciendo.
Desde el comportamiento de una semilla al despliegue de un ala o la lógica de una planta trepadora, cada estructura diseñada es una hipótesis en tres dimensiones. En vez de replicar respuestas, enseñamos a formular preguntas.
Porque enseñar a diseñar también es enseñar a imaginar.
