Arquitectura biodigital. Donde lo vivo y lo digital se encuentran

Cuando publiqué Arquitectura biodigital: hacia un nuevo paradigma en la arquitectura contemporánea en 2018, lo hice con la convicción de que la arquitectura estaba atravesando un cambio de era.

Mi objetivo fue trazar un mapa de este territorio en transformación, uniendo puntos que van desde la tradición clásica y mecánica hasta la emergencia de un paradigma biológico-digital. Era el inicio de un proyecto mayor, que con el tiempo se convertiría en una trilogía compuesta por este volumen, Arquitectura siglo XXI y Anomalías.

En Arquitectura biodigital abordo un cambio de paradigma que no es simplemente estilístico ni tecnológico, sino profundo y estructural. La arquitectura deja de pensarse como un conjunto de objetos estáticos y empieza a entenderse como un sistema vivo, adaptable, capaz de responder a estímulos y modificar su comportamiento. Exploro cómo la biología y lo digital no son mundos separados, sino lenguajes que, al combinarse, redefinen las formas, los procesos y la relación de la arquitectura con su entorno.

Este primer libro de la trilogía es, en cierto sentido, el marco conceptual. Presenta las claves para entender fenómenos que en 2018 ya estaban emergiendo y que hoy forman parte del presente: el diseño paramétrico, la fabricación digital, la biomímesis, la impresión 3D, la inteligencia artificial aplicada al diseño y las nuevas materialidades inteligentes. A través de ejemplos, teorías y reflexiones, planteo que la arquitectura debe asumir una lógica más cercana a la de un ecosistema que a la de una máquina, superando las limitaciones del paradigma mecánico heredado de la modernidad.

Si Arquitectura siglo XXI amplía el foco hacia el contexto cultural y tecnológico en el que se insertan estas transformaciones, y Anomalías se adentra en los fenómenos disruptivos que están dejando obsoletos muchos de los pilares de la arquitectura contemporánea, Arquitectura biodigital es la base teórica que sostiene las dos. Aquí es donde se formulan las preguntas esenciales: ¿qué significa diseñar en un mundo donde lo artificial puede comportarse como lo natural? ¿cómo cambia nuestra manera de proyectar cuando los materiales ya no son inertes, sino activos?

En sus páginas, invito al lector a pensar la disciplina desde una perspectiva que no teme a la complejidad ni a la incertidumbre. Una arquitectura que coopera con el entorno, que aprende de la naturaleza sin imitarla de manera literal, y que entiende lo digital como un aliado para expandir las capacidades creativas. Arquitectura biodigital es, así, el punto de partida de un viaje que continúa y se expande en los otros dos libros, construyendo una visión integral sobre el futuro de la arquitectura en un siglo definido por la convergencia entre lo biológico y lo tecnológico.