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  • La ciencia ficción nos está mostrando lo que la arquitectura contemporánea no se atreve

    Desde hace décadas, la ciencia ficción expone con descaro los grandes retos que la arquitectura se niega a enfrentar, proponiendo escenarios que van del optimismo más depurado a la distopía más perversa.
    Un rápido zapping por las principales plataformas de streaming nos devuelve planetas biológicos que respiran y se autorreparan, ciudades que crecen como organismos, hábitats que se pliegan y despliegan con precisión quirúrgica.
    Mientras tanto, en el mundo real, seguimos aplaudiendo la enésima torre de vidrio “icónica” disfrazada de innovación. Grandes cajas de cristal u hormigón, espacios sin alma que continúan sometidos a teorías apenas modificadas desde aquel señor de gafas y ego desbordado.
    El cine y las series ya hacen lo que deberíamos estar prototipando: experimentar sin permiso, llevar los límites más allá de lo habitual. Hoy contamos con una tecnología sin precedentes en la historia de la humanidad, pero, al menos en arquitectura, la mayoría prefiere acomodarse en su sillón frente a la chimenea y elegir lo que ya conoce.
    Con ciudades cada vez más densas, una humanidad en la que jóvenes —y también mayores— no pueden acceder a una vivienda digna, y regiones enteras sin servicios básicos, seguimos creyendo que la caja de hormigón, de espacios flexibles y paredes blancas, es la solución.
    Muchos temen que la IA les quite el trabajo, pero si mantenemos esta mentalidad nos convertiremos en fósiles mucho antes de que una megasuperinteligencia se moleste en reemplazarnos.
    Tal vez sea hora de sustituir esa pregunta por otra mucho más incómoda: “¿Cuándo tendremos el valor de iniciar una verdadera revolución?” y “¿Cuánto más vamos a permitir que la ficción nos robe el futuro?”.

  • Anomalías. Las grietas que anuncian el futuro

    Anomalías es la tercera pieza de una trilogía que comencé con Arquitectura biodigital y continué con Arquitectura siglo XXI.

    Si el primer libro sentó las bases teóricas del paradigma biológico-digital y el segundo dibujó el mapa cultural y tecnológico de nuestra época, este volumen se adentra en un territorio más incómodo: el de las fisuras, las excepciones y los fenómenos que están dejando obsoleta gran parte de la arquitectura tal y como la hemos conocido.

    En este libro no me limito a describir tendencias, sino que busco detectar las grietas que atraviesan la disciplina. Hablo de procesos que, en apariencia, son marginales, pero que en realidad anticipan el futuro. Fenómenos como la disolución de la autoría individual, la emergencia de inteligencias no humanas en el proceso de diseño, la pérdida de relevancia de ciertos lenguajes arquitectónicos y la aparición de formas de habitar que escapan a los modelos tradicionales. Aquí, las “anomalías” no son errores, sino señales de que el sistema está cambiando de forma profunda.

    A diferencia de Arquitectura biodigital, que se mueve en un terreno de construcción conceptual, y de Arquitectura siglo XXI, que traza el contexto de cambio, Anomalías es un manifiesto crítico. Es un libro que interpela directamente a la profesión, cuestionando si estamos preparados para enfrentar escenarios donde la arquitectura puede ser generada, replicada y modificada sin intervención humana, o donde los entornos virtuales adquieren tanta relevancia como los físicos.

    En sus páginas exploro cómo las anomalías funcionan como catalizadores de cambio, desafiando la estabilidad de los paradigmas y obligándonos a reconsiderar qué significa proyectar, construir y habitar. Me interesa mostrar que, a veces, lo verdaderamente transformador no surge de las tendencias mayoritarias, sino de las desviaciones que, en su momento, parecen irrelevantes o incomprensibles.

    Con este libro cierro un recorrido que comenzó con una visión optimista del potencial biológico-digital (Arquitectura biodigital), pasó por la comprensión del complejo ecosistema contemporáneo (Arquitectura siglo XXI), y llega aquí, a un análisis crítico de las fuerzas disruptivas que ya están moldeando el futuro. Anomalías no ofrece un cierre complaciente, sino una invitación a aceptar que la arquitectura —como cualquier sistema vivo— solo puede seguir existiendo si es capaz de mutar.

  • Arquitectura siglo XXI

    Arquitectura siglo XXI nació como la segunda pieza de una trilogía que comencé con Arquitectura biodigital y que cerraría años después con Anomalías.

    Si en el primer libro tracé las bases teóricas de un nuevo paradigma biológico-digital para la arquitectura, en este volumen me propuse ampliar el foco para analizar el contexto en el que estas transformaciones están teniendo lugar. Es, por así decirlo, el mapa sociotecnológico y cultural que enmarca y condiciona la práctica arquitectónica en nuestros días.

    Aquí no solo hablo de edificios, sino de la red de fenómenos que los hacen posibles y que determinan su forma y función: la globalización y sus tensiones, la revolución digital y sus aceleraciones, la interconexión planetaria, el cambio climático, la inteligencia artificial, la fabricación avanzada y la emergencia de nuevos actores en el proceso de diseño y construcción. La arquitectura ya no es una disciplina aislada, sino un nodo dentro de un sistema mucho más amplio que involucra tecnología, ecología, economía y cultura.

    En este libro, me interesó especialmente mostrar cómo el cambio de paradigma no es una cuestión meramente técnica, sino una mutación de escala civilizatoria. El paso del paradigma mecánico de la modernidad a uno más orgánico y complejo no ocurre en un vacío, sino en un momento histórico caracterizado por el entrelazamiento de crisis y oportunidades. Desde la robotización de procesos hasta la colonización espacial, desde las ciudades inteligentes hasta los territorios virtuales, Arquitectura siglo XXI explora cómo estos escenarios están redefiniendo lo que entendemos por espacio habitable.

    Si Arquitectura biodigital se centra en las herramientas, lógicas y posibilidades del nuevo paradigma, Arquitectura siglo XXI es el marco panorámico, la fotografía de un tiempo donde la arquitectura convive con la inteligencia artificial, la ciencia de datos, la economía circular y las transformaciones urbanas a escala planetaria. Y si Anomalías desentraña los elementos disruptivos que amenazan con derribar incluso este nuevo orden, este libro actúa como puente, mostrando las corrientes de fondo que unen lo que ya conocemos con lo que apenas empezamos a vislumbrar.

    En sus páginas, invito al lector a entender que proyectar en el siglo XXI implica navegar un océano de información, adaptarse a un mundo en constante cambio y asumir que la disciplina arquitectónica es, cada vez más, un proceso abierto, híbrido y en permanente evolución. Este es el libro que explica el ecosistema en el que la arquitectura debe aprender a moverse para no quedar anclada en el pasado.

  • Arquitectura biodigital. Donde lo vivo y lo digital se encuentran

    Cuando publiqué Arquitectura biodigital: hacia un nuevo paradigma en la arquitectura contemporánea en 2018, lo hice con la convicción de que la arquitectura estaba atravesando un cambio de era.

    Mi objetivo fue trazar un mapa de este territorio en transformación, uniendo puntos que van desde la tradición clásica y mecánica hasta la emergencia de un paradigma biológico-digital. Era el inicio de un proyecto mayor, que con el tiempo se convertiría en una trilogía compuesta por este volumen, Arquitectura siglo XXI y Anomalías.

    En Arquitectura biodigital abordo un cambio de paradigma que no es simplemente estilístico ni tecnológico, sino profundo y estructural. La arquitectura deja de pensarse como un conjunto de objetos estáticos y empieza a entenderse como un sistema vivo, adaptable, capaz de responder a estímulos y modificar su comportamiento. Exploro cómo la biología y lo digital no son mundos separados, sino lenguajes que, al combinarse, redefinen las formas, los procesos y la relación de la arquitectura con su entorno.

    Este primer libro de la trilogía es, en cierto sentido, el marco conceptual. Presenta las claves para entender fenómenos que en 2018 ya estaban emergiendo y que hoy forman parte del presente: el diseño paramétrico, la fabricación digital, la biomímesis, la impresión 3D, la inteligencia artificial aplicada al diseño y las nuevas materialidades inteligentes. A través de ejemplos, teorías y reflexiones, planteo que la arquitectura debe asumir una lógica más cercana a la de un ecosistema que a la de una máquina, superando las limitaciones del paradigma mecánico heredado de la modernidad.

    Si Arquitectura siglo XXI amplía el foco hacia el contexto cultural y tecnológico en el que se insertan estas transformaciones, y Anomalías se adentra en los fenómenos disruptivos que están dejando obsoletos muchos de los pilares de la arquitectura contemporánea, Arquitectura biodigital es la base teórica que sostiene las dos. Aquí es donde se formulan las preguntas esenciales: ¿qué significa diseñar en un mundo donde lo artificial puede comportarse como lo natural? ¿cómo cambia nuestra manera de proyectar cuando los materiales ya no son inertes, sino activos?

    En sus páginas, invito al lector a pensar la disciplina desde una perspectiva que no teme a la complejidad ni a la incertidumbre. Una arquitectura que coopera con el entorno, que aprende de la naturaleza sin imitarla de manera literal, y que entiende lo digital como un aliado para expandir las capacidades creativas. Arquitectura biodigital es, así, el punto de partida de un viaje que continúa y se expande en los otros dos libros, construyendo una visión integral sobre el futuro de la arquitectura en un siglo definido por la convergencia entre lo biológico y lo tecnológico.

  • Cartografía de un mundo en transformación

    Una trilogía para pensar y proyectar en la era biológico-digital.

    Esta trilogía —Arquitectura biodigital, Arquitectura siglo XXI y Anomalías— es el resultado de más de una década de investigación, docencia y reflexión sobre la transformación radical que está viviendo la arquitectura. Tres libros que pueden leerse de forma independiente, pero que juntos forman un recorrido coherente: desde las bases teóricas de un nuevo paradigma, pasando por el análisis del ecosistema cultural y tecnológico en el que se desarrolla, hasta la identificación de las fuerzas disruptivas que están alterando la disciplina.

    Todo comienza con Arquitectura biodigital: hacia un nuevo paradigma en la arquitectura contemporánea. Publicado en 2018, traza el mapa conceptual de una arquitectura que deja atrás el paradigma mecánico para integrarse con las lógicas de lo vivo y lo digital. Aquí se plantean las preguntas esenciales: ¿qué significa proyectar cuando lo artificial puede comportarse como lo natural?, ¿cómo cambia nuestra manera de diseñar cuando los materiales son activos y adaptativos? Es el punto de partida de un pensamiento arquitectónico que entiende el diseño como un sistema vivo.

    La segunda pieza, Arquitectura siglo XXI, amplía el foco para analizar el contexto global en el que estas ideas toman forma. Desde la inteligencia artificial y la robotización, hasta el cambio climático y las ciudades inteligentes, este libro ofrece una panorámica del ecosistema en el que la arquitectura debe moverse hoy. Es el puente que conecta la teoría con la complejidad real del presente, mostrando cómo la disciplina interactúa con las corrientes culturales, tecnológicas y económicas de nuestro tiempo.

    Finalmente, Anomalías cierra la trilogía con un manifiesto crítico. Aquí no se habla de lo previsible, sino de las grietas y desviaciones que anuncian transformaciones profundas: la disolución de la autoría, la irrupción de inteligencias no humanas en el diseño, la aparición de entornos virtuales con relevancia arquitectónica. Las “anomalías” no son errores, sino señales de un cambio de paradigma que ya está en marcha. Este libro invita a mirar hacia esos márgenes donde lo inusual se convierte en motor de cambio.

    Juntos, los tres volúmenes componen una cartografía del presente y del futuro de la arquitectura. No se trata de un manual ni de un compendio de tendencias, sino de una exploración profunda y provocadora sobre lo que significa proyectar, construir y habitar en una época definida por la convergencia entre lo biológico, lo digital y lo imprevisible.

    Marcelo Fraile Narváez

  • 10 razones por las que Alan Turing no sobreviviría a la revisión por pares.

    Suena absurdo. Casi ofensivo. Pero si analizamos los criterios que rigen hoy la publicación académica —no las ideas, sino el aparato burocrático que las filtra—, es posible que “On Computable Numbers, with an Application to the Entscheidungsproblem” no hubiera pasado ni la primera ronda editorial. A continuación, algunas razones por las que uno de los textos fundacionales de la informática moderna tal vez se habría rechazado en 2025:

    1. Marco teórico “insuficiente”. Aunque Turing cita trabajos clave (Hilbert, Gödel, Church), lo hace de forma minimalista. Hoy se exigiría un estado del arte mucho más exhaustivo, revisión sistemática de literatura y justificación integral desde múltiples tradiciones teóricas.

    2. Metodología “inexistente”. Turing construye su argumento mediante razonamiento lógico-matemático puro. Hoy le pedirían explicar qué software usó, cómo validó el modelo, si aplicó triangulación metodológica. Un texto sin sección metodológica detallada es anatema.

    3. Resultados “no cuantificables”. El artículo de Turing es una construcción teórica elegante. Pero hoy, sin gráficos, tablas, análisis estadístico y métricas de validación, el editor pensaría que “falta rigor empírico”.

    4. Demasiado especulativo. ¿Una “máquina abstracta” sin implementación física? ¿Un concepto puramente teórico? Sin casos de estudio, pruebas de concepto ni validación experimental. Claramente, no cumple los criterios de “aplicabilidad inmediata”.

    5. Insuficientemente interdisciplinar. No hay perspectiva sociológica, económica, de género, ni conexión con sostenibilidad o impacto social. Hoy se exige transversalidad casi obligatoria. Un paper “solo” matemático sería penalizado.

    6. Palabras clave “inadecuadas”. El título original no contiene términos que un algoritmo de búsqueda actual reconocería fácilmente. Sin cinco palabras clave perfectas, alineadas con tesauros indexados, el paper sería invisible en bases de datos.

    7. Estructura no estandarizada. No sigue IMRaD (Introducción, Metodología, Resultados, Discusión). El texto fluye como razonamiento matemático continuo, no como informe de laboratorio compartimentado.

    8. “Originalidad” algorítmica dudosa. Los sistemas antiplagio actuales marcarían como problemáticas las referencias a fórmulas matemáticas conocidas, notaciones estándar y conceptos ya formalizados.

    9. Impacto inmediato “inexistente”. En 1936-1940, el paper tuvo circulación limitada entre matemáticos especializados. Hoy se exigiría demostrar aplicación industrial, transferencia tecnológica y alineación con Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    10. Estilo “poco accesible”. El lenguaje de Turing es preciso pero denso, matemáticamente sofisticado. Los estándares actuales priorizan legibilidad para audiencias amplias y “comunicación científica inclusiva”.

    El problema no es Turing. El problema somos nosotros.

    La academia se ha vuelto tan celosa de sus formas que, a veces, olvida su fondo. Y aunque seguimos hablando de creatividad, innovación, ruptura y pensamiento crítico, lo hacemos desde plantillas estandarizadas con formularios de 47 campos obligatorios.

    ¿Turing publicaría fácilmente hoy? Probablemente, pero tras meses de reformateo, ampliaciones metodológicas y justificaciones interdisciplinarias que diluirían la elegancia conceptual original.

    Lo más inquietante es que los Turing contemporáneos están migrando hacia arXiv, GitHub, blogs técnicos y foros especializados, donde pueden desarrollar ideas sin tener que mutilarlas por requisitos burocráticos.

    A veces, para que una idea entre en el sistema, hay que transformarla tanto que deja de ser la misma idea.

    Y mientras tanto, hoy el debate académico se centra en si el autor usó IA para redactar su artículo, si tal o cual revista empleó algoritmos para validarlo, si el antiplagio detectó un 3% de similitud… Y así el tiempo pasa y nos olvidamos de lo verdaderamente importante: ¿publicamos para hacer avanzar la ciencia, o solo para conseguir puntaje docente?

  • El Ícaro de Hormigón

    Un arquitecto quiso volar. No por necesidad ni por urgencia, sino por arrogancia.

    Se fabricó alas con ángulos rectos y proporciones estandarizadas. No le interesaban las plumas, ni la ligereza, ni siquiera la atmósfera. Lo suyo era el hormigón, el blanco puro, la ventana corrida.

    Pensó que si el mundo estaba mal hecho, era cuestión de rehacerlo desde el cielo. Y así despegó. Con una maqueta en una mano y un lápiz en la otra. Un lápiz que usaba más como bisturí que como herramienta de dibujo.

    Este arquitecto no se equivocó por exceso de ambición, sino por déficit de escucha.

    No cayó por volar demasiado cerca del sol, sino por despegar sin mirar a nadie. La gente no le interesaba. Le interesaba “el hombre”, abstracto, teórico, ideal. Ese que cabía perfectamente dentro de su Modulor, que no se quejaba, que no improvisaba.

    Un ser humano sin historia, sin cultura, sin margen de error. Un usuario estándar para una máquina de habitar.

    El problema fue que ese usuario no existía. Pero este arquitecto no lo admitió jamás.

    Cuando su ciudad radiante empezó a producir sombras y soledad, no corrigió. Cuando los pasillos de sus bloques se llenaron de silencio, no rectificó. Cuando sus espacios dijeron más de control que de libertad, no reculó.

    Para él, el fallo no era del modelo. Era del mundo que no estaba a la altura.

    Y así siguió volando. Sin desviarse un milímetro. Con una convicción más sólida que el cemento armado. Hasta que se estrelló.

    No fue una tragedia. Fue lo previsible.

    Un cuerpo cayendo con una maqueta en la mano y un sistema cerrado en la cabeza. Una arquitectura que quiso reemplazar la vida, y terminó aplastada por ella. Una máquina que no supo cuándo detenerse.

    Hoy lo seguimos viendo: ahí va, flotando aún en muchas facultades, en las rúbricas, en las referencias obligatorias. Un mito que se niega a morir, a pesar de su fracaso.

    Pero la caída ya ocurrió. Y no hay maqueta que la disimule.

    ¿Cuántos “genios” de la arquitectura siguen volando sin escuchar? ¿Cuándo aprenderemos que construir para la gente significa, antes que nada, escuchar a la gente?

  • No seamos luditas

    La inteligencia artificial no es el futuro: es el presente.

    Está aquí, en nuestros algoritmos, en nuestras decisiones cotidianas, en nuestros feeds de Instagram, en Netflix, en Spotify. Te guste o no, ya forma parte de tu vida. ¿O quién crees que decide qué canción te aparece en la lista “Descubrimiento semanal”?

    Esto ya lo vivimos. ¿Recuerdas cuando se cuestionaba si era válido usar Internet para escribir una tesis doctoral? Hoy nadie con un mínimo de sentido común lo pone en duda. Pues bien: la AI es la nueva electricidad, y resistirse a ella es tan absurdo como desconectarte del mundo por miedo a que el cable te dé calambre.

    Si te hace feliz pensar que no la usas, adelante. Pero no te acerques al borde de la Tierra, no vaya a ser que te caigas. El resto —quienes sí integramos estas herramientas en nuestro trabajo— sabemos que no se trata de Technology o Innovation per se, sino de Leadership, Values y PersonalDevelopment.

    Una IA es como un cuchillo: en manos de un chef se convierte en arte; en manos de un criminal, en tragedia. La diferencia no es la herramienta: eres tú.

    Así que basta de escandalizarse porque alguien usó un algoritmo para redactar un artículo. ¿Qué crees que pasa cuando buscas en Google? ¿Magia?
    No. DataAnalysis. MachineLearning. DigitalTransformation.

    Estamos en una época donde la creatividad no desaparece: se transforma. Hoy, el verdadero valor no está en evitar la tecnología, sino en saber coreografiarla con criterio, estrategia y humanidad. Eso es Management, eso es Futurism, eso es Strategy.

    No es tiempo de trincheras, sino de puentes. De entender que cada nueva herramienta es una posibilidad para repensar nuestro rol como profesionales, como ciudadanos y como especie. El cambio ya no es una opción: es el único camino posible.

    Y tú, ¿qué vas a hacer con él?

  • Anomalías

    Just published ANOMALÍAS. De la arquitectura contemporánea / Anomalies of contemporary architecture.
    This bilingual book explores the deviations, mutations, and tensions shaping contemporary architecture, from the rise of digital technologies to living materials and bio-inspired systems.
    A work designed to open debates, not to close them.

    Acaba de publicarse ANOMALÍAS. De la arquitectura contemporánea / Anomalies of contemporary architecture.
    Es un libro bilingüe que analiza los desvíos, las mutaciones y las tensiones que atraviesan la arquitectura actual, desde la irrupción de las tecnologías digitales hasta la materialidad viva y los sistemas bioinspirados.
    Una obra pensada para abrir debates, no para cerrarlos.

    hashtag#ArquitecturaContemporánea hashtag#ContemporaryArchitecture hashtag#Innovación hashtag#Innovation hashtag#Anomalías hashtag#Anomalies

  • Futuros [Im]posibles

    🚨 ¿Qué pasa cuando el diseño especulativo se cruza con la arquitectura computacional?
    Futuros Imposibles no es solo una exposición: es una provocación visual.
    Un conjunto de piezas digitales que exploran lo arquitectónico más allá de lo construido, desde simulaciones, narrativas visuales y entornos generados por código.
    📍 Biblioteca de la URJC – Campus Fuenlabrada
    Descúbrela aquí 👉 https://lnkd.in/dPJEBXmr